La madre que me parió

Sensación agridulce. Quisimos entrar cuando la obra llevaba 3 minutos ya que nos habíamos puesto a esperar en la cola incorrecta (había otra sala y lo desconocíamos) y, a pesar de que nuestros asientos estaban en el pasillo lateral y no molestábamos ni nadie tenía que levantarse para que accediéramos a ellos, no nos dejaron pasar. Las opciones fueron perder el dinero y marcharnos o ver la función desde el “gallinero”. 90 minutos en una postura indescriptible y aun así ver medio escenario. La persona responsable no se molestó ni en corroborar que nuestras localidades estaban en un lugar accesible y que el retraso de 3 minutos había sido una confusión en el acceso. Me pregunto si alguien tiene que salir al aseo durante la función le prohíben también regresar a su sitio por qué “molesta”. La obra es absolutamente recomendable, es muy divertida, merece la pena ir a verla, eso sí, fíjate en qué cola te pones..

Todo genial, como siempre, pero esta tercera vez que la he visto, no la he disfrutado tanto, porque han cambiado varias actrices, echo de menos a Aurora Sanchez y a Juana Cordero, sin ellas no es igual. La obra sigue siendo muy buena y una de las mejores que podéis ver en un teatro. Las dos primeras veces que la vi, que aún estaban Aurora Sanchez y Juana Cordero, me reí muchísimo y salí encantado. Si es la primera vez que la ves, te va a gustar mucho y no vas a parar de reír. Pero si ya la has visto con las actrices originales, no recomiendo volver a verla...