Respirar aire fresco. Enseñar la pantorrilla. Comer cosas frescas y ricas. Hacer deporte fuera. Entregarte a la vida slow a ratitos. Dejamos atrás el invierno, vida en exteriores es lo que toca ya. ¡A disfrutar!

Parece mentira, pero ya llega. Meses y meses de molesto frío. De jerseys de cuello alto. Del tostón de llevar abrigo. De que si “año de nieves año de bienes”, pero aguantate tú las nevadas. Y esa lluvia que tan bien viene (estoy feliz, en serio), pero qué desapacible hace el día a día, que se te quedan frías hasta las calandracas. Largas temporadas de sofá-mantita-sopa. Basta ya, ¡no puedo más!

Ahora viene lo bueno. ¿No te resuena ya en la cabeza música fresquita y lánguida? A mí sí. Y me visualizo en exteriores. Respirando. Oliendo flores y hasta haciéndome mi propio ramo en la campiña, como si estuviera en un anuncio de suavizante para la ropa. Y es que, amigo, ¡ya llega lo bueno! Ya llega el momento de salir de la crisálida y hacer unas cuantas cosillas que viene pidiendo el cuerpo a base de bien.

Lo primero, cuidarse un poco

Toma el sol. Un poquito aunque sea, tomando algo en una terraza soleada o caminando al aire libre, por ejemplo. ¿Sabes cómo afecta la falta de Vitamina D al cuerpo? Además de ponernos blanquecinos, nos encontramos sin fuerzas, como enfermos, de bajón, y está relacionada con una serie muy amplia de patologías. Aprovecha ahora que ya va a hacer bueno y quítate al menos esa preocupación mientras disfrutas.

Largas temporadas de sofá-mantita-sopa. Basta ya, ¡no puedo más!

Ve al alergólogo. Antes de que sea tarde, ¡hazlo! Luego es posible que te empiece a picar todo, que tengas los ojos como tomates, la nariz pelada de tanto sonarte… No parece un plan muy atractivo pero, créeme, te hará pasar una primavera y un verano muchísimo mejores.

Es hora del deporte al aire libre. Ya no tienes excusa: bajar a correr por el parque con ese amigo con el que siempre quedáis “para cuando haga mejor tiempo”. Coger la bici por la ciudad. Aprovechar el finde y subir al monte más cercano. Un poquito de desperece y de movimiento después de tanto estar encogido por el frío hace falta, ¿no crees? Y no ya por la operación bikini (yo lo tengo claro, que cada uno haga lo que quiera: estar delgados y sin celulitis debe ser elección de cada quien, y no obligación social), sino por respirar, estar en forma, y evadirse un rato.

Haz esas cosas que siempre vas dejando

Trasplanta las plantas. Las tienes ahí muertas de la risa en casa y nunca te decides. Las ves que están agobiadas, asfixiadas en esa maceta pequeña en la que venían cuando las compraste. Es hora de darles más espacio, ¡estamos en la época idónea para hacerlo! Así que deja de procrastinar con esto en concreto, compra todos los útiles necesarios (tierra, abono, macetas, algo para cubrir el suelo y que no se te ponga perdido…) y todo tuyo.

Siéntate en una terraza a ver la vida pasar. O sea, ¿a alguien se le ocurre mejor plan para un sábado por la tarde ahora que viene el buen tiempecito? Puedes aprovechar a quedar con esas amigas a las que no consigues ver nunca. O leerte todos esos libros que tienes muertos de risa en la mesilla. O lo que tú quieras. Mira, para el primer día te sugiero contemplar la vida sin más, y que te dé el aire. Ya verás: mano de santo contra el estrés y contra todo lo malo.

Prepárate para exprimir al máximo los meses que vienen

Planifica tus vacaciones y puentes. ¡Que viene una época divina! Bueno, depende de la comunidad autónoma donde vivas, pero así, a bote pronto, seguro que tienes algunos días por Semana Santa y algún festivo por ahí en mayo. ¡Hay que aprovechar! Yo sé que cuesta salir del oscurantismo invernal en el que hemos estado inmersos, pero hay que hacerse a la idea, y cuanto antes reserves todo, más opciones tendrás y mejor de precio te saldrá.

Hazte la pedicura. Este consejo es para todo el que me lea, con independencia de si es hombre o mujer. ¿Tú sabes qué gusto da que te quiten esas pielecillas muertas, y andar con unos pies “como nuevos”? Hay que hacerse a la idea de que vamos a lucir pinrel en menos de . Mejor que esté saneado.

Es tu momento

Aprovecha para ir a conciertos y festivales de música. En verano hay muchos, pero la primavera tampoco se queda corta, y como que lo coges con más ganas. No me digas que no apetece estar al aire libre, sin prisa, sin pausa, cervecita en mano, viendo a tus grupos favoritos, o descubriendo algunos nuevos. ¡Hay muchísimos, mira a ver cuál es el tuyo y nos vemos moviendo el esqueleto!

Abandona el puchero caliente. Ya está, ya pasó. Puedes volver a disfrutar de la comida fresquita. Pídete un gazpacho, un salmorejo, una ensaladita de esas con de todo, una buena bandeja de sushi. Aparta esos perolos de cuchara caliente que tan bien te han hecho durante el invierno y dale rienda suelta a todos esos bocados ligeros que nos aguardan, repletos de nutrientes, y fresquitos.

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Como verás, todo lo que te cuento por aquí tiene que ver con DISFRUTAR. Así con mayúsculas. Bueno, el alergólogo y lo de las plantas igual te parecen un poco mosca cojonera como planes, pero luego te ayudarán a disfrutar más, ¡seguro! Porque hay que aprovechar cuando el tiempo y la salud son buenos. Y porque el buen clima es una cosa que pone de muuuuy buen humor. Ya descansarás en la próxima hibernación, allá por el invierno 2018-2019, ¿no?

mm
Henar con H de hedonismo. Recomendadora profesional. Muchos años enviando a gente a los sitios adecuados. Camino por la vida en una eterna vacación (o eso intento). Profesional camaleónica, soy periodista, consultora de comunicación y gestora cultural freelance. No conoces a nadie a quien le flipe más Madrid (y mi barrio, Antón Martín). Cine, música, arte, ocio urbano, comer, beber, salir, y demás. Bajar a comprar pan y acabar en una despedida de soltero en Ibiza (de La Costa Brava) como way of life.