¿Qué tienen en común un artesano, el Titanic y un mural de arte urbano? Que todos confluyen en Belfast para regalar el mejor oasis urbanita al que viajar en 2024. La capital de Irlanda del Norte se ha propuesto seducir al visitante a través de diversas colaboraciones que reúnen pasado, presente y futuro entre antiguos callejones que hoy son paraísos del arte – hola, iniciativa 9ft in Common – hasta nuevos safaris por las zonas verdes de la ciudad. Hay arte urbano lamiendo las calles de Falls Road y Shankill Road, zonas católica y protestante, respectivamente, y melodías que inundan el aire. Por algo Belfast fue nombrada Ciudad de la Música por la Unesco en 2021.

Belfast, Irlanda del Norte
Belfast

El arte une a los pueblos y el futuro de la ciudad está hecho de muchas manos: desde los agricultores que venden sus productos de kilómetro 0 en St. George’s Market hasta los ponentes de Imagine!, festival que se celebra en marzo para debatir el futuro verde y creativo de la ciudad que inspiró Los Viajes de Gulliver – cuando descubras la montaña Cave Hill, lo sabrás -. Tan solo algunos de los eventos que conforman el ambicioso proyecto ‘Belfast 2024’ a fin de convertir la ciudad en una de todos, en ese campo de flores nacido de la mejor lluvia de ideas. 

Cave Hill, Belfast, Irlanda del Norte
Cave Hill, Belfast

La naturaleza aquí susurra, claro, se confunde con los muros empedrados y propone nuevas conexiones con Belfast como punto de partida: lo saben el río Lagan visitado por tantos senderistas, los viajes en canoa con acampada al aire libre en el Foyle, una histórica vía fluvial que circula entre los condados de DerryLondonderry y Donegal; o la ruta de conexiones naturales a través de las montañas Sperrin.

Derry-Londonderry
Derry-Londonderry

¿Escuchas eso? Es el latido, y lo que crece tras tus orejas son tallos de helechos, pinos, un trébol a conservar como compañero en el bolsillo, quizás mientras paseas a caballo por la colina de Beech y los antiguos espíritus del bosque te cuentan historias. Date un respiro, aquí el secreto es viajar lento, conectarte a la memoria a través de un hurley de madera, uno de los deportes de exterior más antiguos del mundo; disfrutar de los productos locales, la artesanía milenaria y así, penetrar poco a poco en una frontera donde realidad y fantasía se confunden.

Coastal Canters

Hay un dragón sobrevolando el cielo que siempre vuelve a los Siete Reinos. Y es que Irlanda del Norte es también el lugar del mundo con mayor número de localizaciones de Juego de Tronos. El Poniente del mundo real se descubre a través del ya icónico Game of Thrones Studio Tour, el cual te transporta a los escenarios de la épica serie de HBO.

En la Calzada del Gigante aún te parece ver a aquellas dos grandes criaturas mitológicas lanzándose piedras mutuamente. Un patrimonio Unesco a combinar con otro imprescindible como es el Geoparque Global de los Lagos de Cuilcagh, las Montañas de Mourne o Strangford Lough, donde la tierra y el agua se funden para revelar universos ocultos hasta ahora. 

montaña cuilcagh en Irlanda del norte
Cuilcagh

El trébol ya asoma tras tu cabeza, es hora de pararse a disfrutar de otro patrimonios inmortales de Irlanda del Norte como es su gastronomía: bien de sidra artesanal junto a patatas Comber y pescados procedentes de los loughs (lagos), mantequilla de Abernethy, tan cremosa; acompañada de queso, salchichas, beicon y venado en torno a una chimenea. En una casita en mitad del bosque, en Derry-Londonderry, esa otra ciudad donde la apertura del Peacemakers Museum, programada para la primavera de 2024, hablará acerca de cómo el hombre es capaz de cambiar su destino, crear nuevos lazos y aliarse con la naturaleza.

Porque a Irlanda del Norte no solo venimos para descubrir lo desconocido, sino para descubrir un latido verde y creativo. Una conexión que, en el momento más inesperado, te descubrirá en un prado envuelto por miles de tréboles.

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.