La espada lleva mucho tiempo cogiendo polvo en el trastero y ya es hora de usarla. Porque no tan lejos como imaginabas, existe una tierra donde los Caminantes Blancos aún merodean por bosques místicos y las olas golpean los acantilados de las Islas del Hierro. Sí, sí. Irlanda del Norte no es solo el lugar del mundo con mayor número de localizaciones de rodaje de Juego de tronos, sino que realizar tu propio tour de Invernalia a través del mar Dothraki es más que posible. Incluso puede que veas a Daenerys dejando libres a sus dragones para subirse al Titanic.

Este año se cumplen 110 años del hundimiento del Titanic, y Belfast es el mejor escenario para adentrarse en las historias del famoso trasatlántico donde Jack hizo volar a Rose. Si quieres una auténtica inmersión en la historia de uno de los mayores símbolos de Irlanda del Norte no te pierdas la visita al Titanic Belfast Museum, situado en el mismo lugar donde fue concebido, diseñado y construido el barco más legendario de todos los tiempos. Un emblemático museo que este año celebra su décimo aniversario y en el que, a través de proyecciones, recreaciones y objetos recuperados tras el naufragio, podemos revivir el espíritu del Titanic.

Titanic Belfast Museum
Titanic Belfast Museum

A lo largo de la historia han sido muchas las películas, novelas y canciones dedicadas a la historia del Titanic. Y no solo a él. Belfast tiene tantas canciones para sus visitantes que la revolución musical se palpa en cada lugar y garito, no en vano ha sido declarada Ciudad de la Música por la UNESCO. La ciudad de Two Door Cinema Club y Snow Patrol reparte tantos festivales como Guinness, como el AVA y el Belsonic, en junio; y el Féile an Probail, en agosto. Mientras, puedes disfrutar de la música en directo en sus templos urbanos mientras un trébol brota en la marca del posavasos.

Belfast
Belfast

Tarareando una última canción llegarás a Derry-Londonerry, una maravilla amurallada donde caben 400 años de historia. Del barrio del Bogside a sus festivales ancestrales, esta ciudad siempre supone el mejor atajo al mar. O mejor dicho, a una Costa de la Calzada donde se rumorea que aún viven sirenas y otras criaturas. 

Un viaje gigantesco donde caben todos los matices de Irlanda: pescado recién capturado y un whisky frente a una chimenea antes de explorar las 40.000 columnas de basalto nacidas de la guerra de piedras entre un gigante irlandés y otro escocés.

Giant's Causeway

La fantasía y la realidad aquí hacen el amor, las olas llegan a lugares insospechados y las aves cruzan el cielo. Decimos aves, por no decir dragones. El que avisa no es traidor.

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.