En un lugar de la Comunitat Valenciana cuyo nombre no quiero acordarme… (bueno, sí, se llama Elda…) se lleva a cabo una tradición realmente impresionante. Conocida como la “Fiesta de Moros y Cristianos”, se trata de la recreación de un acontecimiento histórico que tuvo lugar hace varios siglos en estas tierras, cuando se llevaron a cabo las batallas de la Reconquista.

Y resulta que este fin de semana se libra una de esas batallas en pleno siglo XXI. ¿No te mueres por verla en directo? Yo sí, y por eso he decidido infiltrarme entre la multitud y pasar desapercibido. Y es que en este rincón de la Comunitat Valenciana no todo son luchas y guerras medievales, sino que entre batalla y batalla saben montárselo bien. Si te decides y te sumas a esta explosión de tradiciones, podrás disfrutar de buena música, un sinfín de colores y mucha alegría por todas partes.  ¿A quién le amarga una fiesta? ;)

Foto: D. Codina

Eso sí, entérate bien del “planning”. Este año las fechas van del 6 al 10 de junio, ya que, como cada año, se celebran entre mayo y junio, en honor a San Antón. El jueves empieza la fiesta con la entrada de bandas a las 20:00h, donde suena tanta música que te sentirás como en tus años mozos, donde el radiocassette y tú erais amigos inseparables. Disfrutarás como un enano con las agrupaciones musicales de cada comparsa y la banda local Santa Cecilia, que desfilan con el único objetivo de llenar cada rincón de sonrisas y hacer bailar a todo el que escuche sus melodías. Llegada la medianoche tiene lugar la informal Retreta, con desfiles de los festeros, vestidos con sus trajes oficiales formando bloques al ritmo de pasodobles y marchas. Realmente bonito de ver.

Foto: Luis Francisco Poveda

La mañana del viernes, los arcabuceros de todas las comparsas acompañan al estandarte del querido San Antón, hasta la ermita desde donde se traslada su imagen a la Iglesia de Santa Ana. Más tarde, sobre las 19:00h, un desfile únicamente de niños llena las calles. Ellos también quieren participar, ¡y qué bien lo hacen!

Eso sí, el sábado ya son palabras mayores; empiezan las batallas y asaltos al castillo, y por la tarde tiene lugar la Entrada Cristiana, donde desfilan ambos bandos: moros y cristianos. Es espectacular ver la participación de más de 8.000 personas divididas en dos bandos, con una gran presencia de mujeres. Las llamadas “embajadas”, batallas dialécticas entre los embajadores de los bandos, rememoran la toma del castillo y de la ciudad por parte de uno y otro bando, y las “guerrillas”, con disparos y asaltos al castillo, forman los actos que más representan esta fiesta. El estruendo, los disparos, el aroma y la esencia de la pólvora, son como una niebla que inunda la ciudad durante los 5 días que duran las batallas.

Foto: Cruces

El domingo tiene lugar la Diana festera a primera hora de la mañana, y más tarde se realiza la Ofrenda al Santo y una Misa. Y cómo no… lo que sigue es la mítica mascletá que no podía faltar de ninguna manera, y a continuación tiene lugar la majestuosa Entrada Mora. Créeme, por momentos te sentirás como si hubieses viajado en el tiempo.

El lunes, antes de colgar el cartel de “The End”, se celebran más batallas y asaltos, y finalmente, por la tarde se lleva a cabo la Procesión general del Santo y el traslado de la imagen de vuelta a su ermita. Y entonces llega el momento en que tienes que despertar a la realidad y deshacerte de los harapos que llevas puestos sin darte cuenta. “Hace unos cuantos siglos no se aburrían, no”, piensas. Y quién sabe, tal vez el año que viene te dejes hechizar de verdad por esta magia que esconden las tradiciones de Elda.

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Amante de la música y las letras desde que tengo uso de razón, sueño con aprender todos los idiomas del mundo antes de los 30. No hay puzzle que se me resista, y tengo siempre las maletas listas para salir a la aventura. Las tres veces que he estado en África, he querido quedarme.