¿Has oído hablar alguna vez de Altruistan? Es una isla que tiene el misterioso poder de la ubicuidad; es decir, no puedo indicarte cómo llegar porque no tiene unas coordenadas fijas. Además, puede encontrarse en varios lugares a la vez, pues se mueve según desde dónde parta aquel que necesite llegar allí. ¿Raro, verdad? Pues sí, pero es así: puedo encontrarla tanto a cinco minutos de casa como a un día entero de viaje. Personalmente, llevo años siguiéndola y al menos he identificado cuatro movimientos anuales, de forma que cada tres meses he podido verla en un lugar distinto.
No tengo datos pero tampoco dudas de que Altruistan se mueve guiada por la luna, como las mareas, y es capaz de llegar hasta cualquier rincón del mundo, pues su don no es el de “ser” en un lugar concreto, sino el de “llegar” a cualquier destino para poder ofrecer su riqueza a quien más lo necesite. Obviamente la suya es una riqueza natural y espiritual, no material, y su forma también es cambiante, pues se agranda y se reduce en función de las necesidades de cada momento. Suena raro, lo sé, pero el hecho de que tenga estas condiciones tan excepcionales es en parte culpa nuestra, porque allí es donde se acumula toda la bondad necesaria para alimentar al resto del mundo, gobernado por un materialismo tan feroz que no nos permite ver más allá. Así, al haber perdido nosotros la mínima dosis de magia necesaria para sobrevivir, Altruistan se ha visto obligado a reunirla toda en un solo lugar.
La magia de Altruistan se siente en cuanto la visitas. Es un lugar que no tiene gobierno, ni lengua propia, ni bandera, ni moneda; nadie explota sus tierras ni a su gente, y todos se rigen por las leyes de la naturaleza y de la convivencia pacífica, donde la solidaridad y la generosidad son la norma. Allí todo el mundo es bienvenido, aunque confieso que es complicado conseguir la nacionalidad, pues no todos estamos preparados para encajar en un lugar así. Para visitarla solo existe un requisito: acudir con vocación de ayuda y respeto, con actitud generosa y desinteresada, dispuesto a vivir y a convivir con la belleza y la sencillez de este rincón del mundo, donde siempre recibes más de lo que das.
¿Sigues sin entenderlo? Altruistan no es un país imaginario, es un lugar que existe, muy real, pero tienes que saber encontrarlo dentro de ti. Puede que no lo encuentres en los mapas, pero cuando lo visitas, sabes que has estado allí. Si quieres acompañarme, en este blog iré contando los viajes que hago allí cada trimestre gracias al Redondeo Solidario de Atrápalo. Así que si todavía no te decides, piensa que sumándote al Redondeo también estarás contribuyendo de alguna forma a que Altruistan siga existiendo, y a que juntos podamos seguir viajando a este lugar.
Ahora sí. Bienvenido a Altruistan.
