Tenerife despierta emociones

Tras meses entre cuatro paredes, la mejor recompensa es un cielo abierto que te permita avistar tantas estrellas como sueños. Tenerife cuenta con uno de los mejores cielos para los amantes de la astronomía, aunque si bajas la vista, descubrirás que la curiosidad es solo la primera de las emociones que esta isla despierta. 

Sucumbirás al asombro que inspira el encanto volcánico del Parque Nacional del Teide, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, principal embajador de una naturaleza que en la isla se funde también en forma de laurisilva de los Parques Rurales de Anaga y Teno. Una naturaleza en la que podrás disfrutar deportes como el senderismo, el trekking, trail running, ciclismo. 

Hasta que alcances el mar y descubras que la serenidad es saltar de charco a charco o disfrutar de playas de arena rubia o negra. Sucumbir al encanto de Playa Jardín en el Puerto de la Cruz o sumergirse en el Charco de la Laja en San Juan de la Rambla

El avistamiento de cetáceos es otra de las grandes atracciones a disfrutar en Tenerife, ideal para descubrir el encanto de lo desconocido. A unas 3 millas de la costa, es posible avistar ballenas y delfines los 365 días del año con tan solo reservar una excursión en algunos de los puertos desde los que parten. 

Pero siempre, con una parada para descubrir la exquisita gastronomía tinerfeña, tan creativa como original, nacida de productos como el atún, el plátano o el aguacate. Un éxtasis para el paladar que puedes disfrutar en uno de los cinco restaurantes con Estrella Michelín, donde florece la perfecta fusión entre modernidad y tradición.

Y perderse en espacio y tiempo, sucumbiendo a un romántico paseo entre las calles de sus ciudades y pueblos: desde la vanguardia del Auditorio de Tenerife, hasta el pasado que evocan las calles de La Orotava, Garachico, Icod de Los Vinos o La Laguna, Patrimonio de la Humanidad donde casonas coloniales se mezclan con calles de cuento. 

Perfectos lugares donde comienza el viaje por las tradiciones de Tenerife, con sus romerías (que volverán tras la pandemia) y vinos de la tierra, tan mimados por su microclima. 

Reír en familia y hallar la complicidad en lugares como el parque acuático de Siam Park, el cual puedes enlazar con el Loro Parque, zoológico donde su gran variedad de aves lo ha convertido en uno de los mejores del mundo según TripAdvisor.

Por si no eran emociones suficientes, siempre puedes asomarte a los roof top bars de la isla tras surfear por las playas de Arona. Tenerife se consolida como un paraíso de los deportes acuáticos donde el buceo, el kayak o el windsurf te reconectan con sus maravillas naturales, con la pasión por las pequeñas cosas.

Un viaje sensorial que también invita a descansar en sus spa y centros wellness, siempre bajo la mejor seguridad y las más rigurosas normas sanitarias. Quizás, incluso mirando al cielo que te trajo hasta aquí en busca de sueños.

Porque Tenerife cuenta con tantos imprescindibles como emociones, no te soltará hasta que las experimentes todas.