Esta impresionante ciudad desprende embrujo por todos sus rincones, en la Alhambra, en el Albaycín, en sus callejuelas laberínticas de espíritu morisco y olor a incienso; los colores de la mitología andaluza, el azul, verde, el rojo... se mezclan en Granada. Sus gentes contagian la alegría de su carácter extrovertido. La pasión, la magia, la poesía se respiran en el ambiente.
Qué hacer
El antiguo barrio árabe de la ciudad, el Albaycín, es uno de los lugares que no te puedes perder. Una vez allí, en el mirador de San Nicolás disfrutarás de unas magníficas vistas. La Catedral también es una visita obligada así como las callejuelas que la rodean.
Un momento mágico es ver la puesta de sol sobre la Alhambra, es una vista sobrecogedora que no olvidarás jamás. Al planear la visita a la Alhambra, hay que tener en cuenta que hay turnos, de mañana, de tarde y de noche, y que necesitarás varias horas para disfrutarla entera. El número de visitantes es limitado, así que se recomienda comprar la entrada con antelación. Tampoco te puedes perder la Cartuja o el Parque García Lorca. En el Sacromonte debes visitar una de las cuevas tradicionales en las que vivirás el flamenco en estado puro. También es posible dormir en una de estas cuevas.
Para descansar de tanta caminata, nada mejor que relajarse un rato en los Baños árabes y viajar atrás en el tiempo, a la época árabe de Granada.
También puedes reponer fuerzas en una de las numerosas y encantadoras teterías granadinas.