Vuelo + Hotel a Aruba

Aruba, la isla feliz del Caribe. ¡Es increíble la cantidad de alegría que se condensa en tan solo 193 kilómetros cuadrados! Sus gentes, descendientes sobre todo de españoles, holandeses, africanos y arahuacos (población indígena), muestran a los visitantes su calidez, fiel reflejo del agradable clima tropical que domina la isla. Entre bellos paisajes agrestes y terrenos poco elevados, Aruba es la isla caribeña con un mayor número de días soleados al año. ¡Que ya es todo un logro con la competencia que tiene entre sus islas vecinas! Su baja humedad, sus refrescantes vientos y su situación geográfica justo al sur de la zona de huracanes hacen que su clima sea el más seco del Caribe.

¡Pocos lugares del mundo pueden presumir de tener una temperatura media anual de 27 grados! Una circunstancia perfecta para disfrutar como nunca de la playa. ¿Te acuerdas de aquella playa que soñaste una vez, con aguas infinitamente cristalinas y una arena blanca que entraba en leve contacto con tu piel? Pues esa playa está en Aruba. Quizás fuese Palm Beach, una franja costera de dos kilómetros de largo y glamurosos hoteles. O Eagle Beach, un arenal con una espectacular puesta de sol naranja y unas cabañas que la dotan de un inigualable encanto (ideal para celebrar tu boda).

Todas ellas son fácilmente accesibles desde la capital, Oranjestad. Con sus 26.000 habitantes, la ciudad naranja concentra una cuarta parte de la población isleña y muchos de los servicios y comercios de Aruba, especialmente en torno a la Main Street. La morfología urbana de Oranjestad te invita a que te sumerjas en el pequeño universo verde que compone el Jardín Reina Wilhelmina o en el colorido de los edificios de la zona antigua, donde se palpa el particular encanto de la arquitectura colonial neerlandesa. La Torre de Guillermo III y la Fortaleza Zoutman los custodian y te muestran las costumbres y la cultura de Aruba.

Más allá de sus costas y de sus núcleos habitados, Aruba tiene mucho que ofrecer. ¡No todo va a ser playa! La fortaleza rocosa de las Ruinas de Oro vio fundir cantidades ingentes de este codiciado metal. Otras ruinas, las del puente natural más grande de Aruba, muestran que todo en la vida tiene un principio y un final: en su día fue la estructura de coral más espectacular del Caribe, pero en el año 2005 se vino abajo. Hacia el sur de la isla se encuentra el Parque Nacional Arikok, ¡que ocupa nada menos que el 20% de la isla! A través de sus rutas de senderismo puedes acercarte a sus habitantes: lagartijas verdes, presumidas aves y curiosos árboles fofoti, ¡todo un emblema para los lugareños! Y antes de llegar al extremo norte de la isla, donde la Capilla de Alto Vista, la primera iglesia católica de Aruba, que con sus tonos amarillos ilumina el paisaje marítimo que se avista desde su emplazamiento.

Como ves, en el pequeño universo de Aruba hay sitio para mucho más que playas. Considerada capital de buceo del Caribe, aquí la aventura y la actividad alcanzan su máxima expresión. ¿En qué otro lugar podrías caminar bajo el mar con un casco hermético especial? Windsurf,kitesurf y snorkel son otras de las prácticas deportivas que convierten a Aruba en un parque de atracciones para sirenas y lobos de mar. Pero si te gusta más contemplar la naturaleza de interior, la finca de avestruces, el santuario de burros o el jardín de mariposas son tu sitio. Este último es un colorido espacio lleno de plantas tropicales y lepidópteros del mundo entero donde la música hipnótica te sumergirá en un estado de total conexión con la naturaleza.

Para patearte el interior de la isla, puedes alquilar un todoterreno o montar a caballo. Quizás por el camino das con Casibari y Ayo, dos formaciones geológicas que te proporcionan una excelente panorámica de toda la isla. Ayo fue en su día el hogar de los indígenas, que dejaron enigmáticos símbolos todavía sin descifrar.

Aruba no está más cerca de lo que piensas. Su aeropuerto internacional, a solo 4 kilómetros de Oranjestad, dispone de enlaces aéreos con el Caribe, Caracas, Bogotá y ciudades norteamericanas como Miami, Nueva York o Toronto. Y como antigua colonia holandesa, también mantiene su conexión con Ámsterdam. Asimismo, el puerto de Playa, en Oranjestad, recibe cruceros procedentes de diversos puntos de América, además de ofrecer servicios marítimos con las localidades de la costa venezolana, situada a no más de 25 kilómetros de la isla. Una vez dentro de la isla, existe una red de autobuses públicos que opera entre las 3:30 de la madrugada y las 12:30 de la noche.

Y ahora, una vez que has leído esto, ¡ya no tienes excusa para no descubrir por ti mismo los encantos de este pequeño tesoro de las Antillas! ¡Lánzate a la aventura y explora el cromatismo dorado y turquesa de Aruba!